Críticas
“Nocturno Cero, coreografía de Félix Oropeza, inspirada en unos versos de Mario Benedetti, con música de René Aubry, es una danza llena de pasiones y desesperación; es una obra bien elaborada, es un verso desesperado. Los seres humanos vivimos un tiempo vertiginoso y no tenemos tiempo para descubrirnos. Tenemos prisa por llegar, nos agredimos, nos violentamos, y esa agresión y violencia podemos encontrarla en la obra de Félix, pero también nos da la esperanza de encontrarnos y de intercambiar calor humano del cual estamos careciendo” Simón Escalona / Hispano / Canadá / Febrero, 1995.
“El encadenamiento de los duetos concluye con la obra más espectacular del programa, Nocturno Cero. Bajo la luz, un par de cuerpos envueltos en el follaje de dos orquídeas monstruosas abordan, una vez más, el suntuoso apareamiento floral que concluye bajo una lluvia que es orgasmo selvático. Si todo fue intensidad, la música minimalista de René Aubry no podía sino soldar, con su tejido envolvente, la escenificación del delirio que engendró Félix Oropeza.” Carlos Ocampo / Zona de Danza / México / Noviembre, 1998.
“Falsas Maniobras, de Félix Oropeza, sacudió el escenario mostrando una tendencia dancística en la que el creador le apuesta –a lo que varios artistas realizan en diversos lugares del mundo- a la danza acrobática combinada con movimientos lentos en los que se hizo presente la interioridad de los bailarines. La danza de Oropeza es un discurso en el que sobresale la capacidad técnica de los bailarines como atletas del músculo, con la mezcla de sentimientos de soledad, de aislamiento y de dolor.” César Delgado Martínez / Diario Milenio / México / Mayo, 2000.
“Félix Oropeza puso en escena Modelo a Escala en la que destaco su ejecución. Él un bailarín talentoso y con una presencia dramática, desarrolla un personaje que va transmutándose en el hombre acosado por la guerra, la prisión, la tortura. La interpretación marca los momentos que la pantalla impone, sube la tensión y marca un clímax para, finalmente, terminar derrotado en el mismo espacio en donde empezó. Coas que provoca la angustiante constatación de impotencia, la reiteración de nuestra imposibilidad frente al poder y sus torcidos intereses, plasmados en la desgracia de seres que no entienden ni entenderán el absurdo dominante “ Genoveva Moran Toral/El Apuntador / Ecuador / Mayo, 2007.
Por su lado, el trabajo de Félix Oropeza podría calificarse como la coreografía del riesgo. Porque el tiempo en que se está frente al espectáculo uno ve que todo se pone en peligro.Comenzando por los parámetros clásicos de danza contemporánea. El equilibrio escénico es, a veces, muy precario y nunca deja de ser armónico. Los desplazamientos en grupos son muy divertidos y amenazan con partirle la testa (o el cogote) a cualquiera que se descuide. El espacio se vacía en varias oportunidades amagando con volcar desastrosamente el escenario a uno u otro lado, pero esto no ocurre. Vemos, permanentemente, componer y descomponer escenas que nos dicen cosas cercanas, casi anecdóticas; siempre derrochando energía e impidiendo el aburrimiento, no solo del espectador sino del hecho de danzar. El solar de los aburridos es una puerta abierta a formas auténticas de moverse en el escenario como bailarín, actor, director, coreógrafo, dramaturgo, escenógrafo, musicalizador, músico, etc. Se agradece este trabajo que, entre otras cosas, es una conminación a hacerlo bien y con mucha seriedad cuando se trata de encaramarse en un escenario, solar, piso o como se quiera llamar a ese espacio que se hace mágico solo si hay magia. Rodolfo Porras / Ciudad Caracas / Venezuela, 2015.
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